LEÓN HUMBERTO MOJICA SALAZAR


León Humberto Mojica Salazar.

Mojica está en medio de dos vertientes: la académica, plagada de valores tradicionales, y la que se permeó de vanguardias, de contemporaneidad. Lo mismo escribe poemas como los de clara entonación indígena, que esos torrenciales libelos cercanos a la crónica y a la sátira poética como ‘Aquella determinación’ o ‘Limitadísimos anuncios’. 

Va del poema amoroso con (maligno) hálito piedracielista en ‘Te busco’ a una especie de ansiosa oda conversacional en ‘Federico García Lorca’. Versátil y prófugo de registro en registro escrito. natural de tasco, Boyacá, radicado en Tunja.


He soñado con viajar
a los planetas
en música de estrellas
descubrir el misterio
de las letras
vivir en castillo
solitario

Viaje sideral
con Sherezada
en el lecho de
la cara oculta
de la luna

Pasar el invierno
en el refugio de
una Hiperbórea
Escandinava

Mirar el mar en
los ojos de una
tierna Anglosajona

Oir tangos y pasar
la noche con una
dulce – ingenua
copera
de un puerto del
Río Magdalena

Y

Tener tratos con
una princesa
chibcha morena
generosa ojalá sea
de Duitama o sus
Conturnios.


La obra de Mojica

León Mojica pertenece a la generación que renovó la literatura en Boyacá.

Un puñado de escritores como Guillermo Velásquez Forero, Maribel García Morales, Nana Rodríguez o Carlos Castillo Quintero decidió establecer sus búsquedas sin apartarse de estas regiones. Gestaron las sendas para una poesía que no transaba con las formalidades hispánicas al uso, escribieron una narrativa osada y se plantearon la posibilidad de nombrar nuestras realidades sacudiéndose los estereotipos pétreos del departamento, las alegorías rurales, primitivistas o patrióticas. Fueron los herederos naturales del camino trazado por Enrique Medina Flórez y Fabio Ocampo López, pensadores y poetas que inauguran la moderna literatura boyacense.

León Mojica pertenece a la generación que renovó la literatura en Boyacá.

Mojica está en medio de dos vertientes: la académica, plagada de valores tradicionales, y la que se permeó de vanguardias, de contemporaneidad. Por eso su ubicación en nuestra literatura es inquietante e incómoda. Y es mejor que sea así pues ni los textos ni su propio autor permitirían clasificaciones apresuradas.

Lo mismo escribe poemas como el famoso ‘Ña pajiza’ o ‘Mestizos’, de clara entonación indígena, que esos torrenciales libelos cercanos a la crónica y a la sátira poética como ‘Aquella determinación’ o ‘Limitadísimos anuncios’. Va del poema amoroso con (maligno) hálito piedracielista en ‘Te busco’ a una especie de ansiosa oda conversacional en ‘Federico García Lorca’. Versátil y prófugo de registro en registro escrito.

La formación y el peregrinaje que lo condujeron a la poesía escrita podrían explicar esta especie de nomadismo. Cuando empezó los estudios en la mítica Universidad Nacional de Colombia de los años sesenta (mitos de los cuales, dicho sea de paso, Mojica abjura) venía ya imbuido de los estudios clásicos y de cuño español del bachillerato. Logró combinar sus múltiples y en ocasiones riesgosos trabajos para el INCORA y para la militancia de izquierdas con labores pictóricas, escénicas, cinematográficas, radiales.

Así, su poesía es testimonio y conjugación de variados compromisos estéticos, políticos e investigativos, el cauce único donde puede entenderse una extensa parábola vital que tocó todas las puertas y husmeó en todos los tinglados.

Solo a través de este tamiz poético puede leerse el conjunto de textos para el periódico tunjano El Diario, redactados a principios del siglo XXI bajo el título de ‘Tinto Oscuro’. Como casi siempre sucede con León Mojica, el origen de esas prosas periodísticas está signado por eventos polémicos.

Para darle visibilidad pública, y más que todo para que no lo asesinaran, los redactores del informativo le dieron la posibilidad de una columna de opinión. Por ese entonces Mojica sobrevivía a una cruda etapa de marginación y excesos. Noche a noche, durante semanas enteras, fueron asesinadas muchas personas que compartían la condición callejera del poeta. Se temía que lo mataran, así que El Diario decidió acogerlo, protegerlo y brindarle un lugar desde el cual comentar la actualidad.

Más que columnas prototípicas, los breves artículos de ‘Tinto Oscuro’ son ensayos donde la historia juega un papel preponderante. Analizándolos con perspicacia, Mojica intenta ubicar los hechos noticiosos en lugares específicos de un devenir complejo: el de la cultura occidental. Lo llamativo de estas prosas es que no se hallan desligadas del propósito poético de su autor. Sin apuros y con cierta malicia lectora podrían ser también poemas por su entonación, su prosodia angustiada, trepidante.

Allí, entre las atrocidades del primer gobierno de Álvaro Uribe, las promesas incumplidas de la Revolución Francesa o la sarna de los políticos de siempre anida la beligerancia, la actitud contestataria que caracterizó a la juventud de los sesenta y que el propio León Mojica cataloga en un poema como la “breve historia de los días aquellos cuando lo que se decía era lo contrario”.

La poética de Mojica es oral. A quien quisiera oírlo le contaba hace más de dos décadas su afán de hermanar la poesía con el tejido, con la urdimbre, ese propósito entre místico y maquinal de armar en versos los acontecimientos.

DARÍO RODRIGUEZ.. https://razonpublica.com/leon-mojica-un-poeta-injustamente-desconocido/

TOMADO DE :RAZÓN PÚBLICA... Para saber en serio lo que pasa en Colombia

Nov.13 de 2017.


DELIRIOS


Delirio de mis noches y de mis días,

delirios apaciguados, cantados,

esperando que abras la puerta.

Delirios, noche, luna, flores, perfume, hierba, brisa.


Tu rostro plateado se dibuja en mi vida.

Y taciturno de noches esperadas,

llego al encuentro

de la tierra sacudida en tus entrañas.
Navegante impetuoso de los poros

embrujado,

viajo llevado por tu dulce vino susurrante.


Por mi corazón escapan hacia ti

todas las noches recogidas en mi mano

y me sumerjo

en ternuras infinitas

que interminables brotan de tus labios

destrozando con fuegos delirante

mi cuerpo

que te llama

que te dice

que te llora

que te evoca

que te ama.

TE BUSCO


Te busco en las noches

por entre recuerdos y poemas

y allí estás fresca como una flor.

Te busco en paraísos

por entre feroces selvas

fragancias de bosques milenarios,

por ríos y montañas te busco

y por allá te encuentro.

Pero también te busco

en desiertos implacables de lágrimas

ásperas insaciables tardes temblorosas.

¿Y cómo hallarte allí donde solo palpita oscuro el vacío?

¿En qué dimensión de cuál abismo

transita mi alma vagabunda?

Llanto y dolor los recoge,

la noche infinita.

Si en súbito vértigo

luna y estrellas

evocarán la canción

y el viento cálido llegando hasta tu piel

te trajera la caricia:

Abre tus tejidos inundados de rocío

a los senderos luminosos.

Déjate ir

mi corazón será

vagabundo seductor de la noche.

TE ESPERO


Te espero en cada fibra del instante,

te siento correr presurosa

por las calles,

luego eres fantasma emergiendo de la multitud

para esfumarse en la sombra de la puerta.

Busco en sobresaltos una penumbra

desde donde pueda soportar el vacío

de tu posible ausencia.

Frío sube hasta finísimas

gotas de sudor

y llegas alucinada,

destellante para trastocar músculos

y tiempo.

Llego a tus ojos

para penetrar palabras desnudas,

gestos deshojándose en perfumes

como sugiriendo los caudales

que yo atrevido escalador de fronteras

quiero remontar hasta tus grandes lagos

¿Y si no volvieras?

Busco briznas de valor,

revuelvo mi fondo de taberna,

sé que esta noche

te irás

y seguramente saldré a suponerte

en silueta, perdiéndose a lo lejos;

pero la miel de tus fuentes misteriosas

la luz de jardines extendiéndose

en el ocaso de nuestros grandes pactos

son presagios sutiles de tu ineludible regreso.

Mis paraísos pululantes de colores

y de música

esperan profundidad donde las tormentas

desatadas se tornan en espumas

embriagantes de pensamientos

enfurecidos, buscando en espirales

los densos hálitos

infinitos de tu cuerpo.

                                                       Escritor: León Mojica


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