ALEJANDRO BARRERA ÁVILA


 Alejandro Barrera Ávila.

Nace en Garagoa, Boyacá en 1946. Luego de concluir su etapa en educación media escolar en 1966, inicia la exploración del mundo, a través de una interacción social más amplia y de una novedosa consulta bibliográfica. Durante algún tiempo su mentalidad permanece condicionada por las aparentes realidades y sus consecuentes ilusiones, propias de la juventud. Aún desconoce los vericuetos vulnerables del alma, donde los arraigados dioses y demonios atormentan la existencia humana. Fortalece su hábito de leer, abordando a algunos de los autores más destacados, clásicos y best-sellers y, a pesar de no comprender todo lo significativo y profundo de sus temáticas, queda atrapado en la fascinación de los misterios existenciales que subyacen en aquellos escritos.

Asombrado ante los avances científicos en ciencias sociales, humanas, naturales y físicas, y la terminación de la hegemonía del positivismo, sucesos que caracterizaron la segunda mitad del siglo XX, profundiza un poco en los avances en pedagogía, espiritualidad universal, investigaciones con enfoques interdisciplinarios, visiones holísticas y las divulgaciones sobre los fundamentos de la física cuántica.

Durante lustros de disciplina autodidáctica, mediando diálogos con académicos boyacenses, asistiendo a conferencias y analizando los temas con amistades experimentadas, llega a identificar a aquellos escritores nacionales y extranjeros que le estimulan y guían en su necesidad de comprender el fenómeno existencial humano, su entorno, historia, culturas e ideologías. Escribe comentarios, breves columnas en periódicos tunjanos, micro ensayos y algunas poesías, para compartir los rudimentos temáticos que más lo asombran. Durante la década de 1980 intensas vicisitudes apuntalan su madurez y suspende la afición por la composición literaria. Retorna a la escritura desde 2014 y, con los actos académicos programados por las Juntas Directivas de la Asociación de Escritores Boyacenses -AESBO-, recibe eficaces cátedras dedicadas a cualificar el arte de escribir.

Nota previa

En el siguiente fardo de piezas literarias, aparecen los vocablos piensamento, sentimento, conocimento, planteamento, ordenamento, mandamento, discernimento, mejoramento, desplazamento, y otros, en consideración a que en la dinámica psíquica del subconsciente, el sufijo miento se asocia con el verbo mentir. Es sabido que, además de imágenes, en el subconsciente también se asocian, con inconcebible velocidad, los significantes semánticos de los morfemas. Por tal motivo aquí se ofrece al lector una oportunidad de reflexionar sobre los mensajes subliminales nefastos. Sencillamente, el sufijo mento sirve para sustantivar un verbo, como lo vemos en los vocablos fundamento, complemento, firmamento, pulimento, aumento, fomento, lamento, salvamento, implemento, juramento y otros.


CRITERIO DEL ESCRITOR

El escritor busca identificar, dentro de la teoría humanística, un modelo de vida equilibrado, integral; pero también observa, frente al espejo de una progresiva reflexión sobre sus propios escritos, que estos son intentos un tanto incautos al “aprehender” apresuradamente algunas verdades. El mismo numen literario le intuye y alecciona: “Pon tu vida íntima a tono con lo que escribes”. Durante décadas de maduración de su criterio, el escritor siente el fluir de una transformación basada en su propia experiencia, para despejar el correcto camino que ha percibido en las lecturas de los filósofos e historiadores de sana incertidumbre, de los místicos genuinos y de los poetas del alma prístina, quienes han pautado sus inquietudes como lector, en busca de verdades fundamentales.

Incrementa la observación de sus propios procesos emocionales y del piensamento, para mejor comunicar a los lectores sus percepciones de los fenómenos individuales, sociales y ambientales, prospectando una ética humanista que posibilite el equilibrio social. Pretende valorar objetivamente los conocimentos adquiridos sobre la ética humanista, y está atento a ejercitarse en el tacto de un control emocional e ideológico para que no choque, por improcedente, con la variedad de expresiones cultuales. Entonces, se apropia del sentido existencial que le ha correspondido recapitular a través de su experiencia vivencial.

Como lo enuncia un principio pedagógico, “más aprende quien enseña a aprender”, este escritor reconoce que ha podido renovarse en su vivir cotidiano, ensayando una literatura fundamentada en principios científicos. Últimamente, ha tratado de interpretar los mensajes fuertes con que los escritores críticos denuncian los deterioros de nuestra civilización globalizada, con un humanismo truncado, escritores quienes simultáneamente promueven el surgimento de una espiritualidad universal y secular, de un interés por resaltar la relación de ecología humana con ecología geo-ambiental y el significado del cambio de época actual, contrastado con la frivolidad de un época de cambios, dentro de un escenario mundial de debates sobre el inminente cambio de mentalidad global.


CONTENIDO

Divulgaciones Llamativas. Cambio de época y época de cambios, en la sopa cuántica social.
Dimensiones de paz- La paz situada y la paz hallada.
Elementos de Ecología humana.
Ecología y Humanismo.
Terapia bio-energética con el Reino Vegetal.
El Desierto de un Escritor (cuento breve).
Lecturas en Boyacá – breves reseñas y citas de escritores boyacenses.
Devenir Histórico en Tiempo Real.
Glosas al Segundo Centenario - 1910/19 - 2010/19.
Horizontes en la Penumbra. - Verso Libre.


1. DIVULGACIONES LLAMATIVAS

CAMBIO DE ÉPOCA Y ÉPOCA DE CAMBIOS, EN LA SOPA CUÁNTICA SOCIAL

Durante siglos se ha clamado, y aún seguimos escuchando, que lo más necesario y urgente es cultivar la salud integral y la equidad social, en ambientes de honestidad intersubjetiva e interinstitucional. Parece que en la actual época ya se viene disolviendo tal embaucamento centenario. Es sorprendente que el antiguo enunciado: conócete a ti mismo y conocerás el universo, ahora sea reasumido como un paradigma indispensable para sanar y equilibrar nuestra existencia. La auto observación, neutral e impersonal de cada persona, le permite avanzar en la exploración del subconsciente. Una nueva consciencia gira alrededor de un mayor conocimento de sí mismo. El epígrafe Sopa Cuántica Social se relaciona con el anterior enunciado en cuanto denota los enlaces que nos viene revelando la difusión de la teoría cuántica, al alcance de todos los públicos. La teoría nos dice que el fundamento de la mecánica cuántica consiste en una energía ondulatoria que penetra todo lo visible y lo invisible, en el micro y el macro cosmos. Por lo tanto, las diferentes frecuencias de nuestra psiquis (velocidades ondulatorias cerebrales y emocionales) son parte del campo cuántico.

La denominada sopa cuántica física, se equipara con el caos y la Fuente de la Vida Cósmica (omnicidad de Dios). Su unidad de energía radiante es la partícula-onda, o "quanto", que se puede transformar dando origen atómico a las diferentes escalas de frecuencia, sonido y densidad, en la diversidad de estados de la materia, incluyendo todos los contenidos de la mente, las emociones y sentimentos. Así que, el epígrafe sopa cuántica social alude a nuestra compleja subjetividad, fenómeno analizado desde la antigüedad solamente por los sabios. Pero durante las décadas del período de transición de la actual época (1950-2050) su realidad científica se viene divulgando para sustentar un cambio de mentalidad que es inducido por la expansión universal, no por la intención ni decisión humanas. En la fuente cuántica, la realidad profunda del universo es Unidad absoluta, identificada como un Ahora continuo, atemporal, eternidad de energía y materia oscuras; desde allí se tejen los mundos en diversidad de campos energéticos duales, realidades temporales relativas que se agitan en el planeta y el espacio de los astros.

El actual Cambio de Época planetaria, induce a que las consciencias se despejen y transformen, mediante conocimentos límpidos, sin verdades a medias; las verdades a medias son más peligrosas que las mentiras, puesto que éstas se desechan como tales, pero aquellas nos mantienen desorientados. Las actuales conjunciones intra-galácticas en expansión, irradian a nuestro sistema solar y producen cambios, entre estos la alteración en el metabolismo bio-psíquico que estamos experimetando masivamente, para bien o para mal, de acuerdo con el carácter y la predisposición de cada persona.

¿Qué beneficio nos aportan estos recientes conocimentos?. Dilucidan y condensan nuestro componente psíquico total (traumas inconscientes, temores ocultos, fijaciones, frustraciones, instintos egoístas, incertidumbres, miedo a la libertad, etc.), proceso previo al estado de profunda paz interior; se despeja la mente para revaluar y realizar el ideal humano de conquistar una salud integral (espíritu, mente, cuerpo) en resonancia con la armonía cósmica, por medio de la técnica de una meditación sanativa donde aflora otro nivel de consciencia, paralelo a la consciencia del pensamento, la emoción y la memoria cotidianos. Este es el objetivo de las sabidurías milenarias que actualmente nos señalan el camino al cambio, elevando la consciencia hasta el silencio del campo de la mónada o deidad interior, yacente en lo profundo desconocido de cada persona.

Por otra parte, La actual Época de Cambios superfluos, involucra a aquellas personas no predispuestas al cambio profundo, quienes siguen reducidas al área sensitiva, en tiempo lineal colmado de apariencias, donde ondea superficialmente el fenómeno cósmico; entre ellos se acentúan los choques intergeneracionales, se fortalecen las mentalidades disímiles inerciales, con sus dicotomías irreconciliables, engaños, consumismo, obsesiones para elevar el nivel social, económico y de la imagen personal, acumulando apegos que fortalecen al ego-efímero. En tal situación se fortalece la inercia psíquica, que mezcla los sedimentos mentales del medioevo con los de la ilustración, modernidad y posmodernidad, en escala repetitiva de percepciones sensoriales, racionalidades estancadas circulares (no espirales), en el excluyente marco de un pensamento reducido que subyuga las voluntades. Continúan atrapados en un márquetin de la vida social, que genera progresivos racimos de reacciones estresantes. Estas mentalidades que aún permanecen atrapadas en los cambios existenciales efímeros, prefieren seguir percibiendo una única realidad lineal y rehúsan examinar las connotaciones epistemológicas multidimensionales de los extraordinarios hallazgos científicos y meta-históricos, en genética, humanismo, espiritualidad, cosmología, etc; desoyen el llamado a enfrentar la aventura de explorar el subconsciente con mayor profundidad, más allá del diálogo interior o contenido consciente del archivo intelectual y emocional.

Sin embargo, ante las múltiples divulgaciones temáticas, acertadas unas y tergiversadas otras, el libre albedrío nos posibilita investigar para discernir las diferencias específicas entre el cambio cíclico de época y el escenario de frivolidad en esta época de cambios. El propósito de este comentario es compartir un boceto rudimentario y aproximativo, que lleve a despertar el interés de los lectores que aún no hayan valorado toda la importancia de lo decisivo del cambio de época actual, para que exploren las raíces bio-culturales en el subconsciente, con la finalidad de revisar el propio criterio frente a la sabiduría y el sentido del cosmos. Este renovado paradigma cognoscitivo reconoce el conocimento intuitivo, alternativo al razonamento lógico lineal. La técnica de meditación despierta otros niveles de consciencia, vibrando en frecuencias cerebrales en armonía con la energía cósmica que actualmente viene impactando a nuestro sistema solar. Esta espiral transformadora de la actual transición cíclica a tiempos meta-históricos, nos permite además revisar y profundizar el concepto de ancestralidad, (de ahí el dicho: recordar el futuro), profundizando y actualizando las raíces científicas de las sabidurías arcaicas, para decodificar sus mitologías y cosmogonías.

Aún podemos observar que entre los adultos mayores, de calidad humana, algunos son pedagogos innatos, que sin saber leer ni escribir o con tres años de escuela primaria, se anticiparon a practicar una pedagogía familiar y comunitaria, hoy reconocida científicamente: pedagogía rigurosa pero afectuosa, aséptica pero graciosa, impasible pero asequible, contundente pero formativa, modesta pero firme; cada actitud en su momento apropiado, saben ser responsables en la interacción social formativa, con diáfana empatía, dentro del respeto a la persona y a la palabra, generando sinergias y dinamizando el mejoramento social.


2. DIMENSIONES DE PAZ

En los seres humanos podemos diferenciar dos estados de conciencia, la función psico-somática de la personalidad y la conciencia del Ser. En el campo psicosomático percibimos una paz situada y en la conciencia del Ser se puede presumir de una paz hallada.

La paz situada en la personalidad, está condicionada dentro el imaginario colectivo, son satisfacciones con el alimento, vestido, seguridad, refugio, vida digna, afecto, autoestima, apegos ideológicos, creencias religiosas frágiles y filosofías meramente especulativas. Las anteriores satisfacciones generan efímeras sensaciones de paz, según las circunstancias de cada momento.

En consecuencia, la paz situada es tranquilidad fragmentada, se siente en las pausas dentro del tráfago del diario vivir. Es un alivio pasajero en las personas cuando se sienten bien en determinados eventos o circunstancias. La paz situada en el mundo no es completa porque está identificada con múltiples condicionamentos ineludibles, aunque no definitivos: credo, país, raza, costumbres, ideología (-derecha, centro, izquierda). La paz del mundo que se siente bajo la condición de alinearnos en grupo, para allí refugiarnos, para allí fortalecernos, nos mantiene en la continua lucha entre lo bueno y lo malo, entre los aliados y los contrarios. Esta relativa paz nos atrapa en la actitud maniquea de ser un aliado o un contrario.

La paz hallada, es un estado de conciencia que afluye de una fuente interior profunda. Los enunciados de la paz hallada se encuentran en los documentos sagrados tradicionales de Oriente y Occidente, que recientemente se vienen divulgando en investigaciones científicas asequibles al entendimento y nos posibilitan el fluir de la paz hallada para sobrellevar el caos existente en el mundo, permitiéndonos comprender a fondo los legados de Lao-tsé, Buda, Pitágoras, Sócrates, Platón, Profetas, Salomón, Jesucristo, enseñanzas de la unicidad esencial del Universo, las que han resurgido desde el Renacimento y luego entre la complejidad actual del cambio de época.

Aprender a predisponernos con la paz hallada implica orientarnos en un proceso de introspección, hasta sentir un estado de conciencia diferente. “La paz de Dios que sobrepasa todo entendimento" (San Pablo), exige que cada persona se cuestione, gobierne y vigile su sistema mente-alma-cuerpo, en la expectativa de ir más allá del bien y del mal. Entonces surge un tipo de humildad cualificada cuando no nos polarizamos en algún extremo, porque no juzgamos, lo cual nos posibilita una postura neutral, catalizadora entre lo “bueno y lo malo” que hay dentro cada persona y en armonía con el ambiente exterior. Esto implica serenidad en el pensar-sentir, quietud mental, sin inclinación preferencial. Cuando la persona transforma su estado dialéctico (bien versus mal), de divergente a convergente, el poder del Espíritu Universal (gracia de Dios) influye en su vida y en su personalidad, sintiéndose libre de una especial manera. Esta paz es más para vivirla, no tanto para pensar o especular sobre ella.

En la convergencia o armonización de la dualidad con la unidad, el análisis de las tesis contrarias de cada polaridad busca la complementariedad con la mira sobre un objetivo común. Se cede algo, se recibe algo y se mejoran las condiciones de ambas partes. Se trata de renunciar a algo perjudicial y crear algo nuevo, favorable a las dos partes.

La libertad de la paz hallada se logra con la actitud de no caer en extremos destructivos, y en su lugar buscar la interacción convergente para integrar constructivamente los aspectos contrarios o polos opuestos

Si cada persona llega a conocer el cómo lograr un cambio acertado, si procesa la dialéctica natural del diario vivir y la sintetiza continuamente (cada día trae su afán) puede salir de la polarización divergente, dejando de ser víctima de tensión subjetiva del bien contra el mal o viceversa. Los condicionamentos conceptuales propios del maniqueísmo: blanco o negro, no nos permiten reflexionar sobre las diferencias y nos impiden crear novedades provechosas.


3. ELEMENTOS DE ECOLOGÍA HUMANA

El individuo integralmente sano es el núcleo celular de un ambiente social integralmente sano.

La ecología humana se ha definido como la interrelación del ser humano (individuo, comunidad, estado social) con su entorno natural. Pero tal definición ha sido actualizada en su prioridad intrínseca cuando señala a cada persona, en sí misma, como un ecosistema móvil. Entonces la definición de ecología humana ahora comprende dos interrelaciones: primera, el ser humano como integrante de una familia, una comunidad y una sociedad, en relación con su entorno natural, y segunda, el ser humano individualmente relacionado consigo mismo, en su condición de ecosistema móvil. Estos enfoques se han constituido como elementos nucleares en la definición de ecología humana. El equilibrio familiar, grupal y social, es la proyección del equilibrio ecosistémico móvil del individuo. ¿En qué se fundamenta este re-enfoque conceptual? Han transcurrido más de dos milenios desde cuando los textos sagrados y los filósofos, de oriente y occidente, revelaron profundos conocimientos, valiéndose de mitos y figuras literarias, especialmente de parábolas, como el único recurso didáctico de entonces, hasta hoy, cuando devienen como verdades explicadas por la ciencia. Aunque mucha gente todavía lo ignore, hay dos declaraciones en aquella sabiduría antigua que enmarcan la totalidad de sus componentes mítico-didácticos: Primera, todos los elementos del Uni-Verso (unidad-diversidad) están interrelacionados y segunda, el ser humano es un microcosmos, un conjunto orgánico de microsistemas fisiológicamente sistematizados. El ser humano, en su estado natural, armonioso y saludable, es el más complejo y perfeccionado ecosistema. Por tal razón, cada persona -niño, joven, adulto- también son considerados como células individuales de los ecosistemas de su entorno.

Estos dos hechos fundamentales, unidad subyacente en la diversidad y microcosmos-hombre, han dado origen a las modernas perspectivas holísticas, una de las cuales es el esquema general del equilibrio ecológico, conformado por pequeños, medianos y grandes "universos" o sistemas ecológicos. La ecología humana es una rama de tan particulares tesis ambientales. Entonces, Uni-Verso y Microcosmos-Hombre, ahora se enfocan como dos conocimentos científicos que han obligado a los académicos a replantear muchos de sus conceptos y definiciones convencionales, generando además visiones más coherentes en sus tejidos temáticos. En tal coyuntura histórica el conjunto temático de la ecología humana también ha ensanchado su cobertura, enfocando su mirada prioritaria sobre el individuo, célula dentro del ecosistema de su entorno. Si, en el actual mundo civilizado e industrializado, el individuo está desequilibrado y enfermo, transfiere su desarmonía a la familia, a la comunidad y al sistema social. Por lo tanto, esta condición individual, es la causa primaria que, voluntaria o involuntariamente, genera el desequilibrio ecológico de todos los ecosistemas del planeta. Actualmente ambos factores (hombre-ambiente natural) están enfermos, salvo las excepciones notables que en forma óptima todavía conservan la armonía natural humano-ambiental.

En la integridad de los sistemas ecológicos equilibrados, todos sus elementos (recursos) componentes son igualmente importantes, pero, dado que actualmente las sociedades humanas son un recurso natural renovable y en vías de extinción, es necesario, centrarse prioritariamente en el individuo, como producto de la cultura y del modelo social, para preservar y renovar a la familia, a la comunidad y a la organización social.


4. ECOLOGÍA Y HUMANISMO

Si tomamos como objeto de observación el conjunto de conceptos de humanismo y de ecología, advertimos que comparten espacios de intersección; su función común es conservar las energías vitales en equilibrio, en los procesos de transformación. Por lo tanto, los conceptos de energía, evolución y equilibrio son necesarios como soportes didácticos para desarrollar esta disertación.

La energía esencial o motor del universo se caracteriza por ser infinita, inconmensurable, omnipresente y en permanente movimiento, de la cual se derivan las diversas energías que actúan en todos los fenómenos: naturales, sobrenaturales, físicos, metafísicos, humanos, sociales, individuales. La evolución es la transformación con sentido propio que resulta de la interacción equilibrada entre campos electromagnéticos o fuerzas bipolares convergentes. El equilibrio en el humanismo abarca los derechos humanos (étnicos, sociales e individuales) que implican la vida digna, en salud integral y sana convivencia. El equilibrio ecológico, o estado integral de la Tierra, depende de sus transformaciones ígneas interiores, del acomodamiento de sus placas tectónicas, del estado de la biosfera, de la atmósfera y de los flujos geomagnéticos.

Los sistemas y microsistemas ecológicos no solamente muestran la piel de la Tierra, fuente de la vida biológica, también reflejan la asimilación de los impactos de la actividad solar. En la perspectiva del universo-macro ecosistémico, el ser humano es un ecosistema móvil sobre la superficie del planeta. En la intersección de lo ecológico y lo humano, el ecosistema individual humano, sometido a la gravedad, se desplaza sobre el ecosistema Tierra, mientras éste flota en órbitas, inmersa en el espacio gravitatorio.

En la ecología humana se integran los elementos energéticos universales: desde el rango de energías incorpóreas hasta la gama más densa de la bio-materia. Sabemos muy poco de nuestro campo de radiación ondulatoria, incorpórea, en la esfera ontológica del Ser en Sí, inmerso en el campo de conciencia del Ser Universal incorpóreo; generalmente, tampoco percibimos en su totalidad la maraña de dinámicas que ocurren en las profundidades del subconsciente, donde están las causas de los desórdenes de la personalidad y del carácter. Lo más humano del Ser está anclado en la superficie de la Tierra: suelo, subsuelo y sus texturas. El suelo, piel de la Tierra, con pocos metros de espesor, nos otorga el sustento en las necesidades biológicas básicas y por lo tanto contribuye con el equilibrio humano, en las atmósferas geográfica y social. Lo más sutil del ser humano, las percepciones sensitivas, los piensamentos, las emociones y los sentimentos, son energías que se manifiestan en diferentes frecuencias ondulatorias. En su conjunto, las estructuras fisiológica, intelectual, emocional y sentimental, constituyen la complejidad del ser humano; cuando interactúan en equilibrio estas cuatro estructuras, se le posibilita a la conciencia humana liberarse de la carga más densa de los conflictos y problemas originados en el subconsciente. El campo metafísico del humanismo nos imparte una noble y providencial enseñanza para despertar y mantener la conciencia en lo más profundo del Ser, mediante la meditación, sin el uso del razonamiento, en el silencio de la mente. Tal estado nos conecta con canal intuitivo de la dimensión profunda del Ser, y de esa manera es posible equilibrar los campos consciente y subconsciente.

El ser humano se somete a múltiples leyes, desde lo denso hasta su estado incorpóreo; es considerado como el más complejo e ecosistema móvil, destinado a conocerse a sí mismo, cada vez mejor, con nuevas perspectivas. Para cuidar su salud integral debe cultivar el equilibrio entre el campo sobrenatural del Ser y el campo de los sentimientos, de los pensamientos y de las emociones.

Los equilibrios ecológico y humano, generan el desarrollo sustentable y la salud, productos útiles logrados mediante la convergencia de una apropiada interacción dialéctica entre fuerzas opuestas. El humanismo y la ecología buscan promover el equilibrio evolutivo en todos sus elementos, aunque existan amenazas de desequilibrio en la interacción de los componentes, ya sean individuales, sociales o ecológicos ambientales. Mientras avanza la civilización, en tanto que somos usuarios, también estamos sometidos a ella; somos cada vez más vulnerables en nuestro rango humano. Cuando se incrementa el cultivo del universo cibernético-virtual, disminuye la calidad de la existencia humana; y mientras se intensifica la actual hipnosis colectiva, nos tornamos más hipocondríacos.

La práctica de un humanismo integral requiere del equilibrio interactivo entre dos polos: uno, centrífugo, proyectado desde la subjetividad hacia el exterior, sobre el contexto cultural, en el contexto de las ciencias sociales y humanas que propugnan por el ejercicio sano de los deberes y derechos individuales y sociales; o, en el impacto de la literatura de protesta sobre las políticas de gobierno; o, en los oficios de la asistencia religiosa. En este polo, que fluye hacia el exterior, el humanismo se enfoca sobre la convivencia en ambiente multicultural, donde interactúan el carácter y la personalidad. El otro polo, la contraparte, es centrípeto, se proyecta desde el contexto social hacia el interior de la persona. El individuo debe ponerle el filtro de su derecho al libre albedrío y desarrollo de su personalidad, que le permita proyectarse en la esfera de la espiritualidad o campo ontológico del Ser en sí; es factor indispensable en la búsqueda del bienestar humano integral. La meditación exige, en determinados momentos, que la actividad del piensamento cese, para liberar al Ser Interior de la carga de la historia personal, ejercicio que nos lleva a sentir una paz no motivada por los apegos exteriores.

Tanto en el campo ecológico planetario como en el ecológico humano, se cumplen las leyes de un cosmos en permanente evolución, lo que exige al individuo indagar sobre el qué, el por qué y el cómo cambiar, para lo cual debe conocer la forma correcta de manejar la dinámica de los opuestos, mediante el arte de explorarse a sí mismo, en lo desconocido, interiorizando los conocimientos de humanismo y de ecología, y encarnándolos en el propio estilo de vida. El cambio no se logra simplemente anhelando y planeando un futuro; sólo es posible observándose en cada momento presente, observación que implica comprender aceptar el estado en cada ahora; aceptar que vivimos desbalanceados, es decir, recargados al polo de lo sensual, lo sensacional y lo intelectual. La mejor oportunidad para equilibrarnos es cuando cada persona, dentro de sí y por sí misma, define la manera de actuar hacia el restablecimiento del equilibrio, en armonía con las leyes naturales y sobrenaturales, físicas y metafísicas. El cambio social sólo es posible a partir del cambio individual

La nueva época histórica que viene proyectándose lentamente (1950-2050) y requiere de una adaptación armoniosa del ser humano que aplique la ecuación entre los dos polos: uno, el de las máscaras (roles) con que se expresa la personalidad, en equilibrio con el segundo, la esfera de los cambios profundos de consciencia. La necesidad de trascender los rasgos más instintivos de la personalidad obliga a desarraigar los patrones mentales más grotescos, también los hábitos fisiológicos tóxicos (consumo de alimentos hiper-procesados), acomodados en los dominios de un mundo sensacionalista y sensualista. En la mayoría de contenidos de la televisión, de la Internet y de otros medios, consumimos elementos psico-tóxicos, de tal manera que hay despilfarro de la energía disponible en cada persona.

No es motivo de vergüenza ni de culpa conocer más a fondo nuestra trayectoria que durante milenios de evolución, desde el más remoto instinto egoísta, se debe inclinar hacia el desinterés personal en el servicio eficiente, a fin de desvanecer la raíz de los conflictos humanos. En el caos inexplorado del subconsciente debemos ver nuestras máscaras para sacarlas a flote en la mente consciente: ira, venganza, soberbia, engaño, apego a la autoimagen, hedonismo, depresión, temores, dudas; éstos son hábitos, patrones de reacción, que en mayor o menor proporción nos mantienen condicionados en el ambiente de contaminación psíquica que aún respiramos. Estas raíces del conflicto humano deben ser sublimadas para equilibrar el sistema holístico. Entonces nos debe importar, primeramente, el ejercicio de extraerle a la vida inercial, hipnótica y mecánica, las energías que malgastan nuestras reservas vitales, mentales, emocionales y espirituales.

Alejandro Barrera Ávila



EL VERSO, SUS LLANEZAS Y ABISMOS


VERSO,núcleo inteligible del Logos Universal,  

gema de la esencia del lenguaje,  

destello de la deidad total, sin tiempo ni espacio,   

luz cognoscente del ser. luminaria sensitiva del existir, 

puente o brecha, entre el ser y el existir,  

vértigo de un existir fraccionado,  

lucidez prolongada en dimensiones desconocidas.   

Silencioso grito de vivencias sobrenaturales,   

enigma de sensacionales vacíos, 

nicho de armonía o presagio de catástrofe. 

 

VERSO, cimiento de la individualidad inmaterial, 

pausa versátil en la que respira el alma, 

vía de escape, catarsis de un frustrado despertar, 
sensación de penumbra, ficción y realidad.      

Aliento de un dolor que avanza de derrota en derrota,   

paso sigiloso en los vericuetos del confuso devenir,  

astucia acomodaticia tras el diálogo interior,         

babel de subjetividades surrealistas,   

sesgo tras la cortina de la personalidad oculta, 

máscara en la sombra; antifaz cortesano del engaño,    

mordacidad del sentido implícito. 

  

VERSO, sencillez del significado literal, 

morfema con efectos de gran magnitud, 

matiz idiomático de complejidad exquisita, 

transferencia experiencial al imaginario social, 

recurso polisémico de sorprendentes alcances,  

espejo de múltiples valores simbólicos, 

broche de oro del festival de la palabra.  

Numen, medida, rima y belleza del soneto,   

reflejo racionalizado de vivencias cotidianas,    

emotividad de presunciones sobrenaturales,   

identidad anímica de los elementos naturales,   

musicalidad contemplativa de natura,  

ventana de la ilusión existencial,   

disfrute intelectual del goce de los sentidos.  

       

VERSO, plenitud de la voluntad de crecer, 

resurgir temerario de la fragilidad,     

pregón justiciero de la dignidad humana, 

animosidad para golpear el evento pernicioso,   

reacción contestataria contra el destino hostil,   

punta de lanza en la batalla libertaria, 

irreverencia intrépida – mordacidad del sentido implícito. 

  

VERSO, exaltación de ámbitos de difícil explicación, 

inmersión en los espacios siderales y subatómicos, 

sombra de lo no conocido. Ausencia de lo inimaginable,   

eco paradójico de vacíos silenciosos y profundos,   

dicotomía angustiosa del ser y el existir, 

conjuro sombrío ante lo desconocido,   

sabiduría antigua esculpida, en el 

recuerdo del futuro de los sabios antiguos. 

 

Alejandro Barrera Ávila.

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