LUIS SAÚL VARGAS DELGADO
Luis Saúl Vargas Delgado.
Nació en Tipacoque, Boyacá. Cursó estudios secundarios en el Instituto Norte Próspero Pinzón. Licenciado en Filología Española e Inglés de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Tunja. Postgrado en Literatura Hispanoamericana en el Instituto Caro y Cuervo de Santafé de Bogotá. Ejerció como profesos Titular de tiempo completo en la Universidad de Pamplona, adscrito al Departamento de Lingüística y Literatura en donde ocupó el cargo de Coordinador y Director.
ha publicado las novelas: Bichirgas mi Heredero; Mi Niña de María Jesús; Chepito, el Comprometido; El Jardín de los Recuerdos; La Soledad de Germina; Zarzalita; Ilusiones y Sombras de Don Polo; Ilusiones de maría Angustias; La fuerza del Amor; El niño Incomprendido y el Silencio del Abuelo, entre otras. Contribuye en las revistas Letras Boyacenses y Polimnia.
MIRADA A LOS POEMAS
DE JOSÉ RAFAEL MENDOZA DUARTE
POR: LUIS SAÚL
VARGAS DELGADO
El escribir esta página se debe al hecho de haber encontrado a don José Rafael Mendoza Duarte, no en sus labores cotidianas como las viene desarrollando, sino en el maravilloso mundo de la creación poética literaria, que en sus momentos de arrobamiento espiritual los dedica a recrear sus musas y sentimientos que afloran desde lo más profundo del ser; así que, tuve la fortuna de descubrir a ese hombre que se mueve por los caminos del derecho y que además, lleva consigo la creación inédita del quehacer silencioso que bulle desde lo más profundo del espíritu. Mendoza Duarte abogado y poeta pamplonés, formado en ambiente de paz, felicidad que se consigue con sacrificio; se desempeñó como maestro raso, Registrador de Instrumentos Públicos, notario y ahora como escritor.
Interesante saber que personas como
Mendoza Duarte en la sensibilidad infinita del ser se traslada más allá del
simple objeto para admirar, desde el otro lado
de las cosas, la belleza intrínseca de las
mismas; en la imagen de los poemas se plasman los sentimientos que dan vida a
la ebullición de esperanzas y anhelos como razón suficiente a la expectativa de
las inquietudes que lo embargan. Mendoza Duarte, con el poema quiere atrapar la
poesía en un momento sublime de emoción y sentimientos. Entonces, el lenguaje
vertido con palabras y versos se convierte en texto para que con ojos y oídos
lo miremos con espíritu indivisible del cuerpo o del todo. La estructura encarna
el silencio cuando la forma y la sustancia se unen para que brote la poesía.
Debemos saber que no todo lenguaje se organiza como poema; el verso es cada vez
más elaborado para elevarse por encima de las palabras porque la expresión de
los sonidos representa al mundo. El rigor del lenguaje va de lo concreto a lo
abstracto, así, el poeta se aleja del vulgo para elevarse y responder orgulloso
a la ensimismación y catarsis en donde el enigma se relaciona con la alusión y
la metáfora. El poema es polisémico, tolera todos los grados de interpretación;
aunque el poeta sea el mismo en su alma, sentimiento, belleza y virtud, los
poemas en su significación van cobrando vida en la medida que encuentre
lectores que se unimismen en ellos. Los verdaderos poemas trascienden el tiempo
y las generaciones para convertirse en clásicos. Y cuando ellos rompen las
barreras del tiempo, esos poetas que ya murieron recobran vida y se
presencializan dejando a los vivos como sombras. La palabra en el poema jamás
se cansa de la vida.
Quien se arriesga a expresar los
sentimientos con palabras, necesita comulgar en silencio y soledad todo cuanto
en momentos apacibles de su entorno los hace suyos para darlos a conocer al
público que anhelante espera conocer más allá a las personas que aparentemente
nos rodean, en el poema SILENCIO, dice: “Busco con esmero qué hay detrás/ de mi
silencio/ ¿un verso? / sólo un suspiro, / el frío azul de la locura/ el violeta
de la magia/ y la rosada estancia/”. El poeta interroga, indaga en el rincón
profundo del silencio, juega con los colores y la magia para encontrar sosiego,
y, al no encontrar respuesta a la inquietud, sigue absorto en su vaivén esquivo intentando
imaginar quimeras, que con dulzura en el jardín florido puede encontrar amor en
las riberas. La luz que encuentra en el jardín florido “Pasos lentos en el
silencio/ imaginan el jardín de la gardenia/ la dulzura/ la pureza/ y el amor
maduro/”. Alterna la luz con la oscuridad; la alegría con la tristeza, la
madurez con la juventud. Nuestro poeta se mueve dentro del mundo maravilloso
del sentir humano, de la belleza que embarga las diferentes maneras de abordar
las circunstancias que van apareciendo a lo largo de la existencia.
En el poema: “DEAMBULAR” "/Cuánto
diera por sentir/ lo que mi recuerdo siente/ aquella carta tan bella/ que
deletreé un diciembre/” Metafóricamente sentir los recuerdos y presencializar
los hechos se convierte en sentimientos que valen más que los objetos
materiales porque el poeta sabe que puede vivir el pasado cuando recuerda. Sí,
la carta guardada más allá del aparente objeto, está grabada en la profundidad
del pensamiento, en el rincón de las esperanzas e ilusiones, que nunca las
quiere borrar. “/La noche es vacía/ si no hay miradas azules/…/cuánto diera por
sentir/ lo que mi recuerdo siente/”.
EL POEMA ÉXITO: “Mírame, / como si
corrieras impulsada por el viento, / enséñame la senda de tu ausencia/, Mírame, tu silencio es la paz y la
armonía/ tu silencio canta tu cantar/ Mírame, para diez veces levantarme y otras
tantas más, / Mírame con el silencio negro de tus ojos, / y el calor y la luz
de tu mirada/. / Ojos negros, mirada de dolor y de martirio, / soledad que se
vuelve eternidad en un instante, / eternidad que es un instante de tu mirar al
infinito/. Mírame, con pasión hasta sumirme en tu candela, / hasta que tus ojos
sean más que el infinito/ mírame para llegar a tus pasiones, / con una rosa
morada junto a tus latidos, / mírame, hasta romper el silencio de tus ojos.”
Estos y otros poemas que con
dedicación y esmero los recorrí con la mirada absorta,
pensando que estaba frente a una persona que, además de su profesión se mueve
por los rincones profundos del espíritu.
Cuando dice: mírame y lo reitera
muchas veces, cree que el viento se lleva los recuerdos y que la ausencia del
ser amado no volverá. Acomodarse a la ausencia es un aprendizaje que le punza
el entendimiento para que el olvido pueda recrearlo en la soledad y el
silencio. El dolor, martirio, eternidad, infinito, …hacen que el poeta mediante
la escritura plasme emociones, sensaciones, sentimientos. El poeta en una
página en blanco convierte lo simple en el confesor de sus secretos, eso que
hace latir el corazón, la nostalgia apasionada de su ser. Los poemas no se
leen, se sienten y se viven.
Espero que esta pequeña muestra y
asomo de un poeta aparentemente en ciernes por el momento, pero maduro en la
labor creativa, podamos seguirlo disfrutando en
creaciones poéticas. Por cuanto el género amerita seguir explorando caminos, desafiando trincheras, formas, estilos temáticos
para mirar y ver con los ojos de sentimientos y emociones lo misterioso y
enigmático de las profundidades del ser.
Las palabras son el ropaje del pensamiento y poesía expresión de sentimientos y emociones a través de la palabra.
Escritor: Luis Saul Vargas Delgado
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